Friday, April 19, 2013

Fue un día nublado


Siempre lo he repetido y lo volveré a decir... de las peores cosas que uno a veces debe de hacer, es decir adiós.

Es inevitable a veces, es doloroso siempre, pero cuando más duele es cuando es definitivo.

En mi caso, no pude despedirme de alguien, y eso quedó inconcluso. No puedo hacer nada al respecto así que no vale la pena seguirle dando vueltas, pero el ser humano es así, de igual forma encuentra cómo seguirle dando vueltas porque queremos recordar, mantenerlo presente, con el afán de no olvidar aquello que nos hacía sonreir.

Ayer cuando salí de mi carro por la noche, a menos de un metro de distancia, tirado en la calle, estaba un gato muerto, atropellado, pero con una expresión de paz en su rostro. Lo miré por unos instantes y pensé, cómo alguien lo pudo haber matado si los gatos son tan rápidos y ágiles... pero despues volví al pensamiento de, "era sólo un gato", y "esas cosas pasan".

Esa noche durante mi terapia escuché cosas que no quería escuchar, de verdad no podía creer el dolor en el corazón que esto me causó, justo cuando pensé que todo estaba bajo control.

Cuando regresé a mi carro, el gato ya no estaba. No había nadie alrededor. Me pareció extraño, ¿Simplemente se desvaneció?.... confieso que rodeé mi carro, y con la mirada lo busqué mientras otros carros pasaban iluminando con sus luces el pavimento. Pero se había ido.

Me fui a la cama inquieta, me dormí llorando, y en mis sueños, no pude ver nada de lo que esperaba ver. Buscaba una señal y no la encontré.

Y al final, el día concluyó tal y como no empezó.

 photo b114500695.jpg